jueves, 20 de abril de 2017

De días zurdos y noches rojas

La revolución no entiende de mensajes profundos, de poesía, ni de liberad.

El fanatismo de los perros de presa, la adrenalina detrás del escudo, frente a la paz de la verdad, la ligereza del que sufre, del que pasa hambre, del que enferma.

La revolución de las armas, de la mentira y de la indiferencia, frente a las lagrimas de impotencia y gas. 

Corazones vacíos como latas de gas pateadas que ruedan desconsoladas por las calles sabiéndose culpables del sufrimiento de un pueblo.

Rios de gente que avanzan hacía el Mar Caribe. Gotas que nunca pensaron que el nacer libres pesaría tanto y condenaría a esto.

Consciencias vendidas, puteadas, y violadas, pagadas con barriles de petróleo rojo cuál sangre.

Esperanza escondida, y asustada que espera otros aires. Sueños y abrazos que no tienen lugar porque aquí todos los días son zurdos, todas las noches son rojas.






martes, 30 de abril de 2013

Mi Única María

Yo vivo con María, la del cabello oscuro,
y la mirada de luna llena.
Yo vivo con María, la de las uñas de colores, 
y la risa de niña tremenda.
Yo vivo con María, la que solo tiene el hoy,
la de los suspiros, la incontrolable María.
Yo vivo con María, la de la lluvia fresca,
la del agua clara, la del verde más verde.
Yo vivo con María, la más pequeña,
la más bonita, mi única María.

Argimiro Pino

martes, 15 de enero de 2013

"ESTA GENTE"


Fácilmente podría utilizar de imagen para este artículo una foto de Francisco Suníaga con una peluca catira vestido de colegiala con una camisa amarrada sobre el ombligo cantando “Oops I did it again...” (Britney Spears style) y es que apartando la broma, creo es la frase perfecta que describe la sensación que sentí al completar el primer capítulo, Francisco lo hizo una vez más, me ha atrapado en una trama de la cual no podré apartarme hasta terminar el libro, y de la que me recordare constantemente en las inexplicables situaciones que se nos presentan día tras día a los venezolanos.

En “Esta Gente” regresa el personaje del Dr. José Alberto Benítez, a quien Francisco está convirtiendo en una especie de Robert Langdon venezolano (Robert Langdon, protagonista de las novelas de Dan Brown). Benítez, que nació y vive en la Isla de Margarita es un abogado cincuentón, honesto, y trabajador. Y en esta oportunidad le tocara poner a prueba la fortaleza de sus principios al enfrentarse a un enemigo que no es otro que su vanidad alborotada por un perfume de mujer.

Francisco Suníaga con esta su tercera novela se presenta mucho más contundente en su descripción y juicio sobre la actualidad del país, dejando a un lado las indirectas que plasmó en “El Pasajero de Truman” y La Otra Isla”, pero igual acompañado de su espectacular manera de describir las situaciones y lleno de una picardía característica de los margariteños.

Tengo que confesar que fue una historia que me hizo molestar en varias oportunidades con algunos de sus personajes y que me debo haber visto igual que mi abuela cuando peleaba con el televisor por alguna telenovela. Además de que se me hizo inevitable sentir una profunda nostalgia al pensar en esa gran cantidad de ciudadanos ejemplares ya hoy muertos o de la tercera edad a los cuales hemos sustituido por esta gente. Con sinceridad aprovecho esta oportunidad para recomedarles este gran libro de Francisco Suníaga, el cual considero prácticamente de lectura obligatoria para todos los venezolanos que soñamos con un país honesto, y donde reine la justicia.

PD: “Viva Gumersindo Salazar...!”

domingo, 1 de abril de 2012

Mi Primer Chiste

Hace días mientras manejaba camino al trabajo, en un momento de abstracción del trafico, la radio, y las noticias, vino a mi de repente el recuerdo del primer chiste que escuche en mi vida y atado a él e imposible de separar, llego el recuerdo del primer chiste, o intento de chiste, que conté. Enseguida se dibujo en mi cara una sonrisa producto de una felicidad nostálgica de quien recuerda buenos momentos entremezclada con un poco de vergüenza por haber hecho el ridículo, lo cual transformó la tímida sonrisa en una franca y hasta sonora carcajada.

Si mis cálculos no me fallan debo haber tenido mas o menos 4 años de edad, era domingo y vinieron de visita mis abuelos desde Caracas. Cada dos o tres meses teníamos estas visitas que tanto me agradaban, esos días mi mama se esmeraba por cocinar algo especial y siempre había helado de postre, lo cual como se pueden imaginar significaba para mí la mayor felicidad.

Y ahí estábamos sentados disfrutando del postre mis papás, mis abuelos, mi hermana y yo, toda una escena sacada de un comercial de la televisión. Para esa época mi hermana, que es mayor que yo, tenia siete años. Tres años de diferencia que significaban que sabia leer, escribir, tener mejor memoria, y mas elocuencia al hablar, cualidades que despertaban en mi admiración, un poco de envidia y la necesidad de esforzarme al máximo para por lo menos intentar llevarle el paso en la mayoría de las actividades.

Y fue en ese preciso momento que mi hermana levanto la mano y dijo, "¡tengo un chiste!", todos los adultos voltearon a verla mientras mi papá la alentaba a que lo contara, Yo por mi parte no sabia que significaba la palabra chiste, pero disimule mi ignorancia y y puse la misma cara de interés que tenían todos en la mesa. Lamentablemente no logro recordar el chiste, se que era uno de esos clásicos chistes de Jaimito que aprende uno en el colegio, mi hermana fue breve y con unas tres frases logro sacarle carcajadas a todos. Para mi era como ver un acto de magia, estaba sorprendido de ver como algo tan sencillo lograba captar las miradas de todos y esperar con intriga el final para luego rendirse ante las risas. Me pareció tan espectacular, tan poderoso, que hoy en día después de mas de veinte y cinco años todavía guardo ese recuerdo con un lujo de detalles.

Pero ahí no termina la historia, porque como les dije, junto al recuerdo del primer chiste que escuche esta el del mi primer intento de chiste, y el origen de los sentimientos de vergüenza que mencioné con anterioridad.

Acto seguido de que mi hermana echara su maravilloso chiste, y cuando las risas comenzaron a extinguirse, salgo yo y sin dudarlo levanto la mano con gestos recién copiados y digo: "Yo también tengo un chiste!", mi papá también me alentó a contarlo, pero con una gesto de duda, que vaticinaba lo que iba a ocurrir, y su gesto no era en vano, yo no tenia ni idea de que iba a decir, es mas no estaba seguro de cómo funcionaba eso de los chistes, así que armándome de ese valor que tienen los que todavía no conocen la derrota, comencé a hablar, robándome la primera frase del chiste de mi hermana, pero en seguida noté en las caras de los que me escuchaban que la cuestión no iba bien así que no me quedo otra que improvisar, un pocos de disparates salieron de mi boca, en lo que parecía mas un cuento que un chiste, y por mas que buscaba en mi cabeza no encontraba como terminar mi largo discurso con algo que diera risa, mientras seguía hablando sin parar, convencido de que había que continuar hasta el final sin importar las consecuencias, llegaron las palabras salvadoras de mi papá que dijo interrumpiéndome y sin reírse: "¡Que bueno ese chiste!", luego vinieron los comentarios de mi hermana y de mi abuelo, el primero fue para replicar el comentario de mi papá, diciendo: "¡eso no es un chiste!", y el segundo fue el de mi abuelo y el único que vino acompañado de una risa "Argimiro, creo que vas a ser un gran contador de chistes cuando seas grande". Yo me quede con las palabras de mi abuelo y me sentí triunfador en la pequeña batalla que había librado, todavía con dudas sobre como era que funcionaba eso de los chistes.

Las palabras de mi abuelo nunca se cumplieron, pasaron los años y a pesar de que logre entender como insertar humor a una frase, nunca me convertí en el gran contador de chistes, pero definitivamente ese día cambio mi vida y me imagino que de ahí nació lo que se convertiría en mi gran pasión por los chistes, sobre todos los gafos.

Por ultimo, creo que no hay otra manera de terminar este relato que no sea con un chiste, espero que les alegre el día.

Caminaban por la calle un cuchillo y un tenedor cuando a lo lejos ven pasar la cuchara, el cuchillo grita para llamarla: "Cuchara..!!! Cuchara…!", pero la cuchara continua sin prestarle atención. A lo que el tenedor responde: "Parece que no es cuchara…"

sábado, 6 de agosto de 2011

El Pasajero de Truman

El Pasajero de Truman es una novela que nos cuenta la historia de dos Personajes que en el ocaso de su vida se reúnen para conversar sobre un hecho que los marco, y que pudo haber cambiado la historia de un país entero. La historia nos va describiendo esta conversación que habían evitado durante décadas, y que en una especie de búsqueda de paz necesaria nuestros protagonistas deciden afrontar no muy seguros de si en realidad quieren hacerlo. Así, y sin saltar detalles Francisco Suniaga nos narra de manera espectacular esta conversación que nos va paseando por el crecimiento y caída de un hombre mientras entre sombras va analizando con una claridad increíble la realidad política de un país. Tengo que confesarles que fue reconfortante para mi darme cuenta de que la desesperación que se puede sentir en el día a día de nuestro país no es nueva si no que es algo que venimos arrastrando cíclicamente a lo largo de nuestra historia republicana. Y tal vez a alguien le resulte extraño el termino reconfortante en la frase anterior, pero así fue, porque estando consciente de que otros vivieron lo que parecían ser apocalipsis en su momento y que actualmente para nosotros no son sino una página en un libro de historia que se repasa durante clases en la escuela, trajo a mí la aceptación de que la vida de un país es más grande y larga que la de una persona y con esta reflexión una sensación de tranquilidad que no tiene precio. Pero todo estas son reflexiones personales que salieron de la lectura del libro que tal ustedes compartan o no. Pero EL Pasajero de Truman dista mucho de ser un simple análisis socio-político producto de un repaso de hechos históricos, es una historia espectacular llena de intrigas que nos va preparando para lo que todos sabemos no va a ser un final feliz, poco a poco y con sutileza el autor va a abombando a un personaje en lo que es una cabalgata hacia un momento de gloria, el cual uno inocentemente desea ver llegar. Y es prácticamente imposible el plantearse la pregunta que hubiese pasado si esta historia hubiese tenido su final feliz.

Finalizo este corto artículo invitándolos a leer el Libro deseoso de que existieran lectores en este blog y así poder recibir comentarios al respecto, consciente de que no es así y sin más que agregar me despido.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Las Caras del Diablo


Dado que este es la primera entrada que hago en mi Blog, me voy a a tomar estas primeras lineas para hacerle una pequeña introducción.

Pensé que se me iba a hacer complicado decidir sobre cual seria el primer tema que iba a publicar pero no fue así, esto en parte porque de esas otras 16 horas del día muchas las dedicamos a las películas, como dice la cuña " el cine sigue siendo la atracción preferida de los Venezolanos...", y como yo no soy la excepción me gusta ver y criticar las películas.

Una vez anunciado mi complejo de critico de cine, comienzo con mis comentarios sobre la Película Venezolana Las Caras del Diablo.

Lo primero que veo es el póster, que tiene una imagen en blanco y negro con un estilo de letras que me recuerdan las series de Jueces y policías de los años 80 y 90, el concepto te lleva a pensar en una película de acción, la calidad del mismo te recuerda que es cine venezolano.

Arranca la película y creo que lo primero que se nota es la calidad visual de la película, y que las cámaras parecieran moverse mucho, yo no se mucho de cine, y no soy camarógrafo, pero todos sabemos como se debe ver una escena y sobre todo sabemos cuando no se ve bien. Pasan los primeros quince minutos y todo va por el mismo camino, las actuaciones no son del otro mundo y tampoco los escenarios en que se filmaron parecen ayudar. Aquí es donde ustedes se dirán si va a destruir la película, este articulo pudo haber sido muy corto y simplemente decir, la película es mala, pero no es tan simple, principalmente porque después de la primera media hora la trama de la película te va atrapando, y es que es una historia policíaca muy intrigante, mezclado con un poco de esa realidad venezolana, pero aun así considero que es una historia muy actual y que puede interesar a cualquier individuo sin importar el país de origen, Ya que te presenta el problema de los niños y el uso de Internet, la facilidad con que pueden estar expuestos a sitios violentos, pornográficos o a tener amistades con totales desconocidos, ademas te muestra los problemas maritales de cualquier pareja y como afecta esto las relaciones con sus hijos, y todo esto enmarcado en el submundo de una metrópolis como Caracas, que abriga redes de prostitución, abuso sexual, el crecimiento veloz que ha tenido un negocio como el de la pornografía, y de como todo este submundo se maneja entre nosotros sin que la mayoría de nosotros lo conozcamos. Toda esta mezcla de situaciones y escenarios poco a poco nos va absorbiendo y de pronto uno se olvida de si las cámaras están bien, o si las actuaciones son o no buenas y simplemente estas pendiente del Sub Inspector Pedro Ramírez (Jean Paul Leraux) y su desesperada búsqueda por resolver el caso. No profundizo en detalles de la trama para ustedes mismo la vean.

No me queda mas que recomendarle que vean esta película que si bien no es una película como para ganar un Oscar, consta de un muy buen guión, y tiene todo el merito del mundo considerando que el Director Carlos Malavé, también hizo las veces de productor, camarógrafo, financió la película, fue novio de la madrina, etc. Lo que es una buena demostración de ganas de hacer cine en un país en el que no es fácil dedicarse a esta industria.

Twitter@Carasdeldiablo
Twitter@Carlosmalave
Pagina Web: www.lascarasdeldiablo.com